viernes, 10 de diciembre de 2010

Fou



Por Maite Pil

Sólo los que no están locos pueden temerle a la locura. Amar es siempre volverse un poco loco. Amar, también, es el acto más solitario del mundo…
Me voy disociando. No entiendo lo que digo ¿Estoy hablando? Ni lo que escucho ¿Qué me piden?…
Tengo la piel intermitente, como si la sangre me recorriera el cuerpo quejándose…. Hay partes de él que ya no siento. 
A veces lo percibo tan grande… No puedo abarcarlo.
No sé llorar con deseo…
Pienso en la niñez, y en cómo los niños piden sin importarles los otros. Es cruel…
Patalear y llorar…Encapricharse. A veces fantaseo con ese estado… Gritar hasta quedarme sin voz. Gritarle que no se vaya nunca…
Entonces pruebo, y grito desde la cama… Pero no me escucha.  
Y pregunto mil veces ¡¿Por qué?!… Aunque tenga que darme mil  respuestas… Creo que no me escucha… Lo debo estar haciendo mal…
¿Me lo estaré imaginando?
Pruebo con prender la luz…No alcanzo el velador…
Entonces intento con otro tono...Pienso que podría susurrarle tan bajito que sería casi imposible entenderme…Susurrarle que me muero de miedo…Que lo amo tanto que no sé cómo amarlo.
Tampoco responde…
Pero yo sé que está acostado al lado mío. Yo lo vi, y él me lo dijo…

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