sábado, 2 de octubre de 2010

Todo lo que no querés querer

Por Flor Bea

Volver con el mismo cretino de siempre. Si al menos fuese un cretino nuevo, podrías pecar de ingenua. Pero cuando el cretino ejecutó su cretinada, para qué, ¿para qué?, ¡para qué volver a sus garras! Peor aun, cuando el cretino sabe que vos sabés que ejecutó su cretinada, ahí directamente deberías sentir vergüenza.
Todo lo que quiero es una comedia romántica del ‘cine juvenil’, ese que se compone de películas cuyos protagonistas son adolescentes que emprenden un viaje iniciático en el que deberán afrontar ciertos conflictos propios de esa etapa de la vida. En este film en particular, la iniciación sexual y el descubrimiento del amor son los dos temas que atraviesan al protagonista, Jones (Elijah Wood), a lo largo de la trama.
Sin embrago, podemos extraer una ‘tragedia’ de este argumento ingenuo y prescindible, porque en verdad, decisiones como la que toma Jane (Franka Potente) en un determinado momento (no precisamente en el final de la película; es una comedia, termina bien…) resultan trágicas. Jane sale del hospital, después de haber sufrido un accidente en auto, y vuelve con su ex, un músico cancherito que cree que el mundo le pertenece y puede llevárselo puesto. Tanto, que se comportó como un cretino. ¡¡¿Qué es eso de volver con ese ex que se encamó con otra mina mientras salía con vos, Jane?!! A pesar de cometer semejante error, Jane sale adelante y es una chica feliz.
En la vida real, lo trágico de este tipo de decisiones estúpidas no es el hecho en sí de volver con un cretino (aunque eso es gravísimo) sino desear volver con él. Aun cuando no haya involucrada una tercera persona: el problema es el daño dirigido a una, no el arma que use el cretino en cuestión.
La recompensa: la vida buena te ofrece un buen pibe, de ojos azules, tierno, dulce, dispuesto a pronunciar que sos la más linda, a mirarte en la cama, a sonreírte en el auto mientras conducís, a agarrarse a trompadas por vos…
Sin embargo, si aún estás rondándole a aquel nocivo deseo, contestás: “No, gracias, prefiero al cretino. ¿Cuánto está el kilo de cretinos? ¡Uh!, qué caro. Bueno, deme dos por ahora. Aunque… con la inflación que hay, para qué dejar para mañana los cretinos que puedo comprar hoy. Total, si veo que me sobran, los meto en el freezer”.
Eso sí, si la escena de la compra de cretinos sucede en la comedia romántica de tu vida, el vendedor de cretinos es tan honesto, que prefiere no venderte y advertirte los riesgos de la compra. Entonces, entendés que todo lo querés es quedarte con el vendedor y amarlo para siempre. Él, que ya te ama, porque ama a primera vista, manda a la mierda la tienda de cretinos y juntos ponen una florería.

3 comentarios:

  1. Los cretinos son asesinos de mujeres por excelencia y a las mujeres nos encantan!!

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  2. Sí, nos encantan.
    Por eso Es domingo y no tengo novio está pensando en organizar un curso intensivo de "Cómo huir de un cretino en sólo tres pasos y sin tropezarse".

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