lunes, 29 de noviembre de 2010

Tés de esTilo

Por Flor Bea

Seguro que varias veces te preguntaste qué es eso de tener estilo. Yo te lo digo: tener estilo es conjugar adecuadamente ¡todo! lo que sos y lo que hacés. O sea, tu ropa, con tu carácter, con las palabras que elegís al hablar, con tus gestos, con la dosis justa de té de tilo por día, con tu lenguaje corporal, con tus movimientos y qué sé yo cuántos inventos más. Ahora… ¿te preguntaste alguna vez si tenés estilo a la hora deshacerte de un tipo? ¡Respondé este ‘tes’ y lo sabrás!

1) Estás en una confitería merendando té con torta con tres amigas y se te acerca un tipo con buzo de friza atado a la cintura, que te dice: “Disculpá que te moleste, pero quería decirte que sos muy bella. ¿No me darías tu teléfono así hablamos más tranquilos?”. Vos…
a- Se lo das aunque te parece un vómito con vida, porque nadie te enseñó a decir que NO.
b- Le obsequiás una sonrisa, le agradecés el piropo y cordialmente le das a entender que vas a seguir ocupándote de la torta y de tus amigas.
c- Le decís que se lo das con la condición de que se saque ese buzo de ahí o de que al menos se lo ate ¡a la cadera!
d- Le decís que es un pedazo de irrespetuoso por interrumpir tu momento, te sacás de quicio, le volcás tu té hirviendo en la cara, te parás y cagás a patadas tu mesa y las sillas donde están sentadas todas tus amigas al grito de “¿¡¡¡Tengo un abrojo para los pelotudos!!!?”.

2) Te emborrachás en un bar, te levantás a un tipo, te lo llevás a tu dpto y te lo curtís. Termina el sexo y vos lo único que querés es dormir ¡sola! en tu cama a ver si mañana no te duelen hasta las meninges de la resaca. Para que se vaya, vos…
a- Le decís que te encantaría que se quede a dormir (en una de esas es de los que jamás hacen lo que saben que la mina espera que hagan).
b- Le decís que te encantaría que se quedara pero que, lamentablemente, mañana a las 6 (o sea, hoy) viene el plomero a romper el baño para buscar un caño pinchado y que, pobrecito, no se merece esos ruidos tan temprano.
c- Le decís que puede quedarse, que todo bien, pero con la condición de que no se le ocurra: roncar, pretender desayunar al día siguiente, irse después de las nueve de la mañana, dormir del lado izquierdo, babear la almohada y/o tirarse un pedo dormido.
d-Lo mirás de reojo desde la misma cama donde yacen ambos y le gritás: ¡qué carajo te creés que estás haciendo todavía en pelotas en mi cama, desubicado! ¡Levantateeee! ¡¡Te vas, YAAA!! ¡Y que te abra Mahoma!

3) Estás curtiendo con alguien hace apenas un mes y la última vez que se quedó en tu casa se dejó el cepillo de dientes. Hoy, viernes, está en tu cocina picando cebolla para la cena y vos, pensando que mañana va a ser demasiado tarde para… De pronto te dice: “Me traje ropa como para quedarme hasta el lunes a la mañana cuando salgamos juntos para ir a trabajar. No pienso moverme en todo el fin de semana de tu lado, hermosa”. Vos…
a- Lo abrazás, le decís que es un dulce, le acariciás la cabeza y te ocultás en su cuello porque ya te está temblando la pera y sabés que para la primera lágrima no faltan más de 30 segundos.
b- Le decís que estaría buenísimo pero que justo arreglaste para ir a Temaikén el domingo con tu abuela y la vecina de tu abuela, que es realmente una pena…
c- Le decís que no hay problema pero con la condición de que no se enoje si el sábado a la noche se te canta irte a bailar con las chicas, ¡solas!, en su auto.
d- Le decís que ni lo sueñe, que TU casa NO es SU casa y que el cepillo de dientes que te dejó la vez pasada lo usaste para limpiar el moho del bidet!!!

4) Te reencontrás virtualmente con tu ex. Te parece que es hermoso y no entendés qué pasó por tu cabeza cuando decidiste dejarlo. Por fin se ven personalmente, salen a cenar y saben que van a dormir juntos. Es la noche tan esperada. En la cena, dice algo que, en un instante y como recuperándote de una amnesia, provoca que desde tu subconsciente caiga una catarata de recuerdos de mierda. Lo que no entendés ahora es cómo fuiste capaz de reencontrarte con él. Entonces, cuando mientras comen el postre, pregunta si a tu casa o a la suya, vos…
a- Le contestás que ambas opciones están bien, que elija él, mientras por dentro sentís que te ahogás sola en la catarata.
b- Le contestás que a la suya, esperás tres minutos, vas al baño, tardás veinte en tramar tu plan, volvés a la mesa y le relatás con tantos detalles la historia de la descompostura que acabás de sufrir, que hasta él ahora prefiere dejarlo para oto día.
c- Le decís que a la tuya sólo para que deje de preguntar, termine rápido el maldito postre helado, salgan, vayan, y cuando lleguen a la puerta de tu casa decirle que en el camino cambiaste de idea, que gracias igual por alcanzarte hasta ahí con el auto.
d- Le decís que ¡a ninguna!, ni hoy ni nunca, que la comida estaba asquerosa, que él está asqueroso ¡y que fue el peor amante que tuviste en toda tu vida! A continuación, te metés en la boca la asquerosa guinda que apenas se sostiene sobre el poco helado de crema teñido de rosa que queda, sólo porque recordás que al marciano que tenés enfrente le encantan las guindas berretas, y salís rápido para escupirla cuanto antes en el cordón de la vereda.

Resultados:

Mayoría de a-: Tu estilo se pasó de la raya. Tanto tampoco. O sos una dominada o una tímida patológica. Dejá el té de tilo porque te plancha.
Mayoría de b-: Tenés bastante estilo. Seguí tomando té de tilo. Practicá obtener los mismo resultados con menos mentiras.
Mayoría de c-: Tantos años sola te volviste un poco cínica. Hacete compresas con té de tilo en todo el cuerpo para relajarte y tomá cada día uno con el desayuno y otro después de la cena. Luego, simplemente explicale que, o negocian un par de cosas, o comparten los gastos en té de tilo.
Mayoría de d-: Estás un poco violenta, no vale la pena. Guardate esa energía para cuando quieras dar de baja Speedy. Con él, en cambio, tomate un té de tilo con un valium. Y convidale, no seas egoísta. En una de esas les pega bárbaro y te terminás enamorando.
(Si te da empate entre dos opciones, es que sos una mezcla de las dos, no lo dudes. Deberás combinar con estilo los consejos de ambas).

viernes, 26 de noviembre de 2010

5 propuestas en busca de un espectador


  • 26/11 – 19.30 hs. - “Cinco editoriales en la terraza”. Presentación de Partes de guerra, de Walter Lezcano, en La Libre: Bolívar 646.
  • 27/11 – 19 hs. – La Traviata, presentada por Iñaqui Urlezaga y la Orquesta Filarmónica del Colón, en el Obelisco: escenario sobre la Av. 9 de Julio mirando al sur.
  • 27/11 – 00 hs.- Swingers, de M. Cosentino y S. Irigo, en Teatro El cubo: Zelaya 3053. $40.
  • 28/11 – 19.30 hs. – Corazones salvajes, obra de teatro basada en Cerca del corazón salvaje de Clarice Lispector, en Timbre 4: Av. Boedo 640 timbre 4. $20 y $30.
  • 01/12 – 20.30 hs. – Thuesday after Christmas, película rumana de Radu Muntean, en la Semana de cine europeo, en Cine Gaumont–Espacio INCAA Km 0: Av. Rivadavia 1635. $8.

lunes, 22 de noviembre de 2010

La irremediable soledad del ser

Por Flor Bea.

Casi cuarentón y veinteañera. Inseguro y triste. Bella y melancólica. Enamorado y vacío. Insatisfecha y exigente. Son los personajes de Los enamorados, novela de Alfred Hayes, La Bestia Equilátera (2010).
Ya ha pasado aquella relación. Terminó. Para siempre. Listo. Y sin embargo queda la relación en él, como recuerdo, eso que no se va a acabar nunca. Nunca se va a ir del todo. Ella o el recuerdo, nunca del todo. Y tal vez sea lo mismo la permanencia de una u otra cosa, quizá son lo mismo, recuerdo y mujer. Para siempre. Porque lo irremediable por definición es para siempre. Es la no posibilidad de modificación, de salvar o sanar algo, de reparar o arreglar.
El narrador, casi cuarentón, vive con la sensación de lo irremediable. ¿Cómo hace un tipo triste, que está más triste de lo que él mismo sabe, un tipo cambiante, evasivo y propenso a deprimirse, para no sospechar que tal vez lo único irremediable del ser sea la soledad?
Comienzan un noviazgo, un romance. Él, que sospecha de todo hasta de sí mismo porque cree no saber nada de nadie, ni de él mismo casi nada, intenta entender qué era esa relación con ella, que era tan real como desordenada en un departamento diminuto de Nueva York, o tan enigmática como creada ad hoc para que él tuviera la oportunidad concreta en la vida de preguntarle: “¿quién eres, después de todo?”. Para comprender, para responder, recurre a la ortodoxia: bueno, si hay celos, arrebatos de pasión, algún que otro gesto o señal y nos necesitamos mutuamente, entonces nos amamos.
Pero el casi cuarentón se come la cabeza tratando de responderse en un momento donde tal vez no era pertinente hacerse siquiera preguntas, o al menos no de ese modo. Y entonces ocurre algo: alguien pone pausa, como si se tratara de una película, y quedan los personajes y todo el escenario de fondo congelados. Ocurre que un amor dice no quiero verte nunca más, ni esta noche ni ninguna otra, nunca más. Y es como imposible poner play de nuevo, un poco porque el pulso tiembla y uno se siente incapaz de dar con el botón indicado, otro poco porque ya no hay nada que se quiera seguir mirando, y sobre todo, porque uno no es el espectador que puso pausa sino el que quedó atrapado en esa imagen y de nuestro lado no quedó el control (remoto), no quedó nada. De pronto es un vacío absoluto. El fin de la historia. Stop. Y la pantalla se pone en negro. Y el mundo se modifica tanto, pero tanto, que se sabe irremediable.
Entonces, un día, en una pausa así, que le puso ella, el casi cuarentón piensa que apenarse por haberla perdido es una tontería, que a decir verdad, él tampoco ya quiere estar con ella. Que no había sido nada transcendente. Que sólo le había servido para ayudarlo a ocultar la aridez de su propia vida, algo así como pensar: no es que vos seas de mi agrado, es que mi vida es tan repugnante que cualquiera, como vos, como cualquiera, sobre mi vida brilla. Pero no vayamos a creer que yo te amaba. “Una chica sin importancia”, piensa el cuarentón… ¿cobarde? ¿Es un cobarde? No lo pregunto yo, se lo pregunta él, se pregunta: “¿Era yo incapaz de retener o de poseer a alguien?”. Vaya pregunta. Mejor emborracharse. Y así lo hace. Y en pedo va a buscarla porque quiere encamarse con ella, porque es de esos hombres que no están dispuestos a que la última noche haya sido la que ninguno sospechaba que era la última. Vamos, ahora sabemos que no habrá más noches, entonces cojámonos como las despedidas mandan.
Pero no. Algo sale peor y entonces no. Y el casi cuarentón se sumerge cada vez más en el mal de amor, y su imagen congelada comienza a llenarse de sufrimiento que se le manifiesta como un autocastigo por haber intentado resguardarse de… ¿de qué?
Por suerte, el cuarentón tiene amigos que lo consuelan con un “nada sana con tanta certeza como un corazón roto”, que le aseguran “remedios infalibles entre los que el más infalible era el tiempo”. Y así avanza lo que empieza a figurarse como irremediable, una actitud que se tuvo o no se tuvo, una consiguiente pérdida, y la soledad que implica. Y la idea de que el tremendo vacío que siente sólo puede ser remediado por ella, y la sensación, que trágicamente avanza en él en paralelo, de que la ha perdido para siempre.
Pero la historia de amor (sin dudas hablamos de AMOR, es una novela de amor) de Los enamorados no termina acá. Pasa y les pasan muchas cosas más. La novela tiene comparaciones que nos escrachan como un rayón de crayón rojo sobre una pared blanca recién pintada. Su lenguaje proyecta imágenes que se adhieren al alma en la lectura despertando una mezcla de caótico dolor y la serenidad de la vida apacible. Y el protagonista, tan agobiado, tan preso en lo irremediable interno, anclado en la pregunta de "¿Qué se me perdió que parece imposible de recuperar?". 
Como los efectos de lectura de esta novela, lo irremediable.

jueves, 18 de noviembre de 2010

5 propuestas en busca de un espectador

             19/11 – 22 hs. – Pasionaria, de Lucía Moller, en El camarín de las musas: Mario Bravo 960. $30, estudiantes $20.

        

                           



 20/11 – 19 hs. – 35 x 50 Muestra colectiva de pintura, en El Serpa, espacio de arte: Julián Álvarez 425.

         20/11 – 23 hs. – Quiebre. Teatro y multimedia, de Maximiliano García y Ernesto Pombo, en Teatro del Sur: Venezuela 2255. $40.
         21/11 – 22 hs. – Los que llegan con la noche, de M. Winner, en Cine MALBA: Av. Figueroa Alcorta 3415. $17, estudiantes $8.
         22/11 20.30 hs. – Confesiones de la vagina, de Pablo Misacantano , en Teatro del Centro: Sarmiento 1249. $35 y $40.
                 

lunes, 15 de noviembre de 2010

El superyó no es un héroe





Por Maite Pil


¿Será que en una sociedad de consumo una mujer soltera equivale a una marca sin éxito, un producto inútil?
Leticia sabe perfectamente que reflexionar sobre estas cosas en el taxi, yendo a su primera cita con Martín, no es un buen síntoma. Pero ella tiene un problema, uno que probablemente atormente a mucha gente aunque no sepan cómo nombrarlo, está convencida de que su superyó la odia.
Bueno, sí, soy cuasi melancólica, y estoy perdiendo el sentido del humor porque estoy cansada de vivir sumergida en la neurosis, y sentir que nadie se da cuenta de lo que pasa a su alrededor, y ni que hablar de lo que pasa dentro de ellos mismos... todo el tiempo viviendo sobreestimulados para que no se les caiga ni una idea....Mis uñas son un desastre ¿Por qué insisto en pintarme las uñas a último momento? ¿Por qué nunca me alcanza el tiempo para prepararme? Debería tratarlo en análisis.”
El taxista la mira por el espejo retrovisor y no logra descifrar qué hace ella semi encorvada y con la cabeza entre las rodillas. Naturalmente, está arreglándose las uñas de los pies, se está sacando el esmalte seco que tiene pegado en la piel de los dedos; pero el taxista, a juzgar por la expresión que tiene en la mirada, está fantaseando otra cosa.
Leticia se reincorpora y, ya buscando los cigarrillos y el encendedor dentro de la cartera, le pregunta al taxista:
- ¿Se puede fumar?
- En realidad no se puede, pero bueno, si bajás la ventanilla...
- Sí, la bajo, gracias -“Si se pone a toser me tiro del auto en movimiento, los conozco a los de su clase, ¿Por qué cierta gente no puede decir simplemente que no y así acabar de una vez por todas con las miserias de la humanidad? O decir que sí, dependiendo del caso, el problema es la falta de libertad. La gente vive atada, por más departamento en Mar de las Pampas que se compren”. Ella interrumpe su análisis antropológico al darse cuenta de que hace aproximadamente un cuarto de cigarrillo que el auto no se mueve; indignada le comenta al taxista:
- Este semáforo es un infierno, hace como 5 minutos que estamos acá, pensé que como es sábado a la tarde no iba a haber tanto transito, yo en la semana siempre a los taxis los hago doblar por Franklin y agarrar a esa altura Diaz velez...
Como el taxista no le contesta, porque seguramente sea de esos que no discuten los caminos con los pasajeros, ella continuó reflexionando. 
Bueno, ¿En qué estaba yo? Ahh ya sé, la libertad. Sí, después me lo voy a anotar porque lo quiero desarrollar por escrito... Si pudiera volver el tiempo atrás le diría al taxista que tomara otro camino, el Cid Campeador de ahora en más es territorio prohibido para mí, no voy a tomar nunca más por acá. Por Dios es tardísimo. ¿Qué cara pongo cuando lo salude a Martín? ¿Cara de perdón la demora? Creo que no podría tener las manos más transpiradas. Me duele el pecho, Leticia respirá lentamente , calmate, no te hagas esto. ¿Por qué me hago esto? No me voy a morir de un paro cardiorespiratorio camino a una cita, delante de un taxista que escucha Chiche Gelblung; me quedo tranquila, que es más probable que me muera sola en un departamento lúgubre y con un gato de mascota”.

sábado, 13 de noviembre de 2010

5 propuestas en busca de un espectador

·         13/11 – 21.30 hs. – NOVAK, una película de amor, en Espacio INCAA KM3 ArteCinema: Salta 1620. $6.
·         13/11 – 22.30 hs. – En la noche de los Museos: ¿Qué oculta, Funes? Performance de Luján Funes: Lectura de una revista femenina bajo la pregunta “¿Qué buscan las mujeres cuando las leen?, en Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco: Suipacha 1422. Gratis.
·         14/11 – Exposición More Store Tallas + ¿Somo iguales?, instalaciones + fotografía + video, en el CCEBA: Florida 943. Gratis. Hasta el 23/12.
·         17/11 – 19 hs. – Ya no hay hombres, de Alberto Fischerman, en cine de la Dante Alighieri sede Centro: Tucumán 1646. Gratis.
·         18/11 – 22 hs. – Jam de escritura, velada en el Podestá: Armenia 1740.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El mundo es un pañuelo


Por Flor Bea

 Ilustración: Juan Manuel Barrientos


Date: Tue, 9 Nov 2010 23:39:40 -0300
From: clara_fb@yahoo.com.ar
To: lalaurablabla@hotmail.com
Subject: Ya llegué!!

¿Cómo estás?, Lau. Te escribo este mail rapidísimo porque quiero volver cuanto antes a la habitación, ¡tengo un sueño!, así que te la hago cortita. Nada, todo bien, viajé bien, el vuelo: bárbaro. La única cagada por ahora es que me parece que me mandé cualquiera armando el bolso, ¿viste que metí ese vestido negro de manguitas tres cuarto? Bueno, creo que no me lo voy a poder poner sin abrigo ni en pedo, está bastante fresco acá. ¡Y no me traje ningún abrigo que combine con él! No sé, pensaba ponérmelo mañana a la noche cuando sea el acto de presentación del libro. ¿Ahora qué hago? Eso me pasa por armar el bolso a los pedos. Ay, estoy re nerviosa. Ya sé, es una pelotudez, ni que hubiera escrito el Quijote. Un poema de mierda en una antología en la que participamos 35 mujeres sub-40. Patético. O no. Bueno, tal vez sea meritorio, ¿no? ¿Vos qué opinás? ¿Te parece una pelotudez que me haya venido hasta Bogotá, corriendo todos los gastos por mi cuenta porque la editorial tiene menos presupuesto que yo a fin de mes, sólo por dos noches, para la presentación del libro? Bueno, si tenés un ratito me gustaría que me mandes un mail respondiéndome esto, y sinceramente, eh. No pienses que ahora que ya estoy acá no vale la pena pensar que haber comprado el aéreo en 24 cuotas con intereses fue una tremenda estupidez de mi parte. No, de verdad, todo bien. Yo para saber dónde estoy parada. En mis decisiones, digo.  Ah, escuchame, ayer, con tanto preparativo, me desaparecieron dos cosas: dos invisibles y mi peine rosa!!! Los invisibles no me jode tanto haberlos perdido, pero el peine… ¿qué onda?, ¿lo habrás metido en tu cartera por equivocación?  Contame después qué hablaste con el infame de Andrés en Ezeiza. ¿A vos te parece?, fuimos novios quince días y me va a despedir al aeropuerto, yo no entiendo una mierda. Moría por sacar una foto a esa escena de vos hablando con él, ¿qué te decía? En realidad, no me fue a despedir, nos llevó con el auto. Bueno, que sirva para algo, porque en la cama, la verdad es que es bastante pedorro, ¿te dije? Sí, ¿no?, la del preservativo al revés… ¿te la conté? Bueno, otro día con más tiempo. Mañana te llamo y veo si te encuentro. Hoy cené un salpicón de ave en el hotel, estoy medio inapetente. Quince días nada más con Andrés. A mí se me hizo eterno… Qué raro lo del peine, me ponen loca estos misterios… Andrés me ama. Si no, ni se hubiera ofrecido a llevarme a Ezeiza. Che, gracias por venir vos también, no quería saber nada con ir sola con él. Cuando me abrazó como si me fuera de viaje por un año, me dijo de empezar a vernos tipo amigos, de vez en cuando. Yo lo intenté, pero no es el hombre de mi vida. Una vez fuimos al teatro a ver una obra con Laura Novoa, que la dirigía su marido. Ese es un lindo recuerdo, ¿ves? ¿No se habrá caído dentro de una bota el peine? Ay, me angustié. ¿Sabés por qué? Porque siempre soy la mujer que no tiene pelos en la lengua cuando tiene que decir "chau". Pero de encuentros, nada. Y voy por la vida perdiendo cosas (como el peine) y hombres. ¿Y si no puedo querer a nadie? Al final, hace años que tengo novios que me duran menos de tres meses. Aunque… a nadie no, el problema es que Andrés me hablaba con diminutivos y me cortaba la milanesa como si yo fuera su hija de cinco años. Es una fucking mierda todo esto. Y ese poema del orto que escribí… Ojalá al menos conozca alguien acá, se enamore de mí, me proponga quedarme en esta ciudad con él para siempre y me arregle la vida. ¿Y si en realidad lo único que tiene sentido es compartirla con alguien? Si me quedo a vivir acá no te pongas triste, mirá que con internet y los aviones el mundo se transformó en un pañuelo. Pero sin novio, y con el pelo todo enredado, la puta madre, ¡mundo-pañuelo que para lo único que sirve es para echarle mocos y lágrimas! Estoy harta de sufrir. Bueno, te dejo porque estoy apuradísima, sólo te quería escribir unas líneas para avisarte que el vuelo bárbaro y el hotel es muy lindo. Me voy ahora a la habitación a revisar en las botas que me traje a ver si dentro de alguna no está el peine rosa. Estoy casi segura de que sí; otro lugar donde pueda estar no se me ocurre.

domingo, 7 de noviembre de 2010

5 propuestas en busca de un espectador

  • 07/11 – Exposición de fotografía Mujeres x mujeres, en Centro Cultural de España en Buenos Aires: Balcarce 1150. Hasta el 30/11.
  • 07/11 – 22.40 hs.- Mala fe, de Roschdy Zem (Francia/ Bélgica, 2006), 8° Festival Internacional de Cine Judío en la Argentina, en Cinemark Palermo: Beruti 3399. $20.
  • 08/11 – desde las 12 hs. – Buenos Aires, 24 horas, exposición fotográfica en la FotoGalería del Teatro San Martín: Av. Corrientes 1530. Hasta el 12/12. Gratis.
  • 09/11 – 22 hs. – La guerra de un solo hombre, de Edgardo Cozarinsky (Francia, 1982), en ex Cine Cosmos (Cosmos UBA): Av. Corrientes 2046.
  • 11/11 – 21 hs. – Nunca será igual con otro, obra teatral de Carlos Ares, en Centro Cultural San Martín: Sarmiento 1551. $30.

jueves, 4 de noviembre de 2010

¿Yo quiero ser una chica Sabina?

Por Maite Pil

Muchos coinciden en que no hay nada mejor para el romántico que la amante ausente, la amada perdida.
Sabina es un romántico, asaltado, engañado, estafado, olvidado y abandonado; una y otra vez. Al menos, así lo cree él. Pero no es el único.
Hay que reconocerle algo a este buen hombre, nos convenció, a nosotras las mujeres, de muchas cosas insospechadas. Cantamos como si realmente coincidiésemos con él en su: “Y sin embargo un rato cada día, ya ves, te engañaría con cualquiera, te cambiaría por cualquiera.”[1] Como si algún hombre que se atreviese a afirmar algo semejante sobreviviera, en nuestra vida amorosa, para contarlo.
Y después de escuchar su canción Aves de paso, nos pareció que tal vez era noble de nuestra parte no preguntar si nos querían. También nos condujo a hacer cosas como irnos “sin decir llámame un día”[2], y creer que con eso nos ganábamos el deseo y la añoranza por el resto de la eternidad.
19 días y 500 noches es una falsa redención, una confesión de amor tardía, un acto cobarde. Y la cantamos con los ojos cerrados mientras nos balanceamos como si él encarnase al amante de nuestros sueños. En la canción afirma: “En vez de fingir, o estrellarme una copa de celos, le dio por reir”. O sea, la cagó con otra mina y encima tiene el tupé de enojarse porque ella lo dejó “como un perro de nadie ladrando a las puertas del cielo”.
Tendrá algo de tentador el identificarse con estos personajes femeninos, que representan a mujeres que supieron, tal vez sin quererlo ni preferirlo de este modo, acaparar el romanticismo de un hombre. Y esta concepción del amor, tan alimentada desde el arte, es un imposible que existe por la imposibilidad misma.
“Porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren.”[3]
Los muertos ya no pueden amar; este amor funciona como una promesa.
A todas las chicas Sabina les recuerdo que, para este romántico, “las mejores promesas son esas que no hay que cumplir.”[4]
No, yo no quiero.



[1] “Y sin embargo”, en Yo, mi, me contigo.
[2] “Donde habita el olvido”, en 19 días y 500 noches.
[3] “Contigo”, en Yo, mi, me contigo.
[4] “Yo también sé jugarme la boca”, en Dímelo en la calle.