Por Flor Bea
Seguro que varias veces te preguntaste qué es eso de tener estilo. Yo te lo digo: tener estilo es conjugar adecuadamente ¡todo! lo que sos y lo que hacés. O sea, tu ropa, con tu carácter, con las palabras que elegís al hablar, con tus gestos, con la dosis justa de té de tilo por día, con tu lenguaje corporal, con tus movimientos y qué sé yo cuántos inventos más. Ahora… ¿te preguntaste alguna vez si tenés estilo a la hora deshacerte de un tipo? ¡Respondé este ‘tes’ y lo sabrás!
1) Estás en una confitería merendando té con torta con tres amigas y se te acerca un tipo con buzo de friza atado a la cintura, que te dice: “Disculpá que te moleste, pero quería decirte que sos muy bella. ¿No me darías tu teléfono así hablamos más tranquilos?”. Vos…
a- Se lo das aunque te parece un vómito con vida, porque nadie te enseñó a decir que NO.
b- Le obsequiás una sonrisa, le agradecés el piropo y cordialmente le das a entender que vas a seguir ocupándote de la torta y de tus amigas.
c- Le decís que se lo das con la condición de que se saque ese buzo de ahí o de que al menos se lo ate ¡a la cadera!
d- Le decís que es un pedazo de irrespetuoso por interrumpir tu momento, te sacás de quicio, le volcás tu té hirviendo en la cara, te parás y cagás a patadas tu mesa y las sillas donde están sentadas todas tus amigas al grito de “¿¡¡¡Tengo un abrojo para los pelotudos!!!?”.
2) Te emborrachás en un bar, te levantás a un tipo, te lo llevás a tu dpto y te lo curtís. Termina el sexo y vos lo único que querés es dormir ¡sola! en tu cama a ver si mañana no te duelen hasta las meninges de la resaca. Para que se vaya, vos…
a- Le decís que te encantaría que se quede a dormir (en una de esas es de los que jamás hacen lo que saben que la mina espera que hagan).
b- Le decís que te encantaría que se quedara pero que, lamentablemente, mañana a las 6 (o sea, hoy) viene el plomero a romper el baño para buscar un caño pinchado y que, pobrecito, no se merece esos ruidos tan temprano.
c- Le decís que puede quedarse, que todo bien, pero con la condición de que no se le ocurra: roncar, pretender desayunar al día siguiente, irse después de las nueve de la mañana, dormir del lado izquierdo, babear la almohada y/o tirarse un pedo dormido.
d-Lo mirás de reojo desde la misma cama donde yacen ambos y le gritás: ¡qué carajo te creés que estás haciendo todavía en pelotas en mi cama, desubicado! ¡Levantateeee! ¡¡Te vas, YAAA!! ¡Y que te abra Mahoma!
3) Estás curtiendo con alguien hace apenas un mes y la última vez que se quedó en tu casa se dejó el cepillo de dientes. Hoy, viernes, está en tu cocina picando cebolla para la cena y vos, pensando que mañana va a ser demasiado tarde para… De pronto te dice: “Me traje ropa como para quedarme hasta el lunes a la mañana cuando salgamos juntos para ir a trabajar. No pienso moverme en todo el fin de semana de tu lado, hermosa”. Vos…
a- Lo abrazás, le decís que es un dulce, le acariciás la cabeza y te ocultás en su cuello porque ya te está temblando la pera y sabés que para la primera lágrima no faltan más de 30 segundos.
b- Le decís que estaría buenísimo pero que justo arreglaste para ir a Temaikén el domingo con tu abuela y la vecina de tu abuela, que es realmente una pena…
c- Le decís que no hay problema pero con la condición de que no se enoje si el sábado a la noche se te canta irte a bailar con las chicas, ¡solas!, en su auto.
d- Le decís que ni lo sueñe, que TU casa NO es SU casa y que el cepillo de dientes que te dejó la vez pasada lo usaste para limpiar el moho del bidet!!!
4) Te reencontrás virtualmente con tu ex. Te parece que es hermoso y no entendés qué pasó por tu cabeza cuando decidiste dejarlo. Por fin se ven personalmente, salen a cenar y saben que van a dormir juntos. Es la noche tan esperada. En la cena, dice algo que, en un instante y como recuperándote de una amnesia, provoca que desde tu subconsciente caiga una catarata de recuerdos de mierda. Lo que no entendés ahora es cómo fuiste capaz de reencontrarte con él. Entonces, cuando mientras comen el postre, pregunta si a tu casa o a la suya, vos…
a- Le contestás que ambas opciones están bien, que elija él, mientras por dentro sentís que te ahogás sola en la catarata.
b- Le contestás que a la suya, esperás tres minutos, vas al baño, tardás veinte en tramar tu plan, volvés a la mesa y le relatás con tantos detalles la historia de la descompostura que acabás de sufrir, que hasta él ahora prefiere dejarlo para oto día.
c- Le decís que a la tuya sólo para que deje de preguntar, termine rápido el maldito postre helado, salgan, vayan, y cuando lleguen a la puerta de tu casa decirle que en el camino cambiaste de idea, que gracias igual por alcanzarte hasta ahí con el auto.
d- Le decís que ¡a ninguna!, ni hoy ni nunca, que la comida estaba asquerosa, que él está asqueroso ¡y que fue el peor amante que tuviste en toda tu vida! A continuación, te metés en la boca la asquerosa guinda que apenas se sostiene sobre el poco helado de crema teñido de rosa que queda, sólo porque recordás que al marciano que tenés enfrente le encantan las guindas berretas, y salís rápido para escupirla cuanto antes en el cordón de la vereda.
Resultados:
Mayoría de a-: Tu estilo se pasó de la raya. Tanto tampoco. O sos una dominada o una tímida patológica. Dejá el té de tilo porque te plancha.
Mayoría de b-: Tenés bastante estilo. Seguí tomando té de tilo. Practicá obtener los mismo resultados con menos mentiras.
Mayoría de c-: Tantos años sola te volviste un poco cínica. Hacete compresas con té de tilo en todo el cuerpo para relajarte y tomá cada día uno con el desayuno y otro después de la cena. Luego, simplemente explicale que, o negocian un par de cosas, o comparten los gastos en té de tilo.
Mayoría de d-: Estás un poco violenta, no vale la pena. Guardate esa energía para cuando quieras dar de baja Speedy. Con él, en cambio, tomate un té de tilo con un valium. Y convidale, no seas egoísta. En una de esas les pega bárbaro y te terminás enamorando.
(Si te da empate entre dos opciones, es que sos una mezcla de las dos, no lo dudes. Deberás combinar con estilo los consejos de ambas).