Por Maite Pil
Supongo que nadie nace sabiendo lo que es amar. En cambio, el acto sexual es diferente. No hay escuelas que enseñen cómo llevarlo a cabo. Y sin embargo, todos lo hacen. Incluso muchos de los que se declaran célibes…
En algún momento de la existencia humana, en algún punto del largo proceso que nos trajo al hombre tal como lo conocemos, el sexo se enlazó con el amor. Y de eso, aunque uno a veces ame a quién no puede tener con la carne, y aunque la carne a veces se preste a quien no ama, nadie escapa.
Por momentos el sexo puede parecer ridículo, otras veces, arte. Que dos cuerpos se busquen, y se acaricien ciertas partes, que se han denominado sexuales, y que por eso se complazcan, me parece ciencia ficción.
¿Cómo habrá sido el primer acto sexual de la historia de la humanidad?
Al amor se lo ha ubicado, sistemáticamente, en el corazón. Y hay toda una iconografía que da cuenta de ello. Dibujar corazones es lo más cercano a dibujar un sentimiento que el hombre ha experimentado ¿Será porque el corazón es el órgano central, el motor de la propia existencia?
La sexualidad no es totalmente amor, ni el amor es totalmente sexual. Eso es un hecho fácilmente comprobable. Pero el amor esconde un erotismo. ¿Y acaso no es tanto más erótico cuanto más se ama? Y el erotismo penetra al pensamiento de tal manera que el placer es ineludible e irreversible. Por eso, a veces fantaseo con dibujar cerebros, en vez de corazones. Porque se ama en pensamientos, y si uno tiene suerte, como yo, se piensa con todo el cuerpo.