Por Maite Pil.
En mi último escrito publicado aquí, en relación a los encuentros sexuales -"Cuerpo a cuerpo"- postulé dos ideas: que la aceptación de los cuerpos- entendida como unión placentera- no pasa por la mirada, y que poner al cuerpo en acto es la vía para dejar de representárselo.
El registro del cuerpo - ya alejándonos del plano de la sexualidad- está principalmente relacionado a su funcionamiento. Por ejemplo, un dolor puede ser indicador de una enfermedad. Ahora, ya sabemos que el cuerpo da señales cuya interpretación, o sentido, trasciende lo clínico.
Todos somos portadores de un cuerpo fragmentado. Y en esa suerte de disociación que se produce, entre la función y la imagen, es que surge una idea bastante habitual; que hay una relación directamente proporcional entre belleza y placer. En más de una ocasión escuché declaraciones de vedettes o modelos- supuestas bombas sexuales- que dicen que prefieren dormir a coger, que practicar sexo oral les desagrada, o incluso que son tímidas. Creemos que el deseado, por el simple hecho de ser deseable, tiene con qué responder.
Ya conocemos la- polémica- frase que dice algo así como que detrás de toda persona linda hay otra cansada de cogérsela. El acierto de la frase está, justamente, en que ubica al erotismo en otro lugar. Hay gente que se anota en un gimnasio para salvar su matrimonio. O que creen que la culpa de todo la tiene la panza, que si hubieran tomado menos cerveza habrían conservado la atención de sus compañeros para la eternidad.
Me dejé estar, es un latiguillo habitual, en boca de hombres y mujeres, que de pronto se topan con la falta de pasión. Es cierto que el tiempo no tiene piedad, y la ley de gravedad, menos, ¿pero es realmente la huella del paso del tiempo en el cuerpo lo que separa a una pareja? Yo creo que no.
Pero qué mejor defensa que esa.
Después viene la idea de reavivar al amor, como si fuese un acto voluntario: Estuvimos a punto de separarnos pero decidimos ponernos las pilas. ¿What? ¿O sea que todo este tiempo arriesgaste un proyecto de vida por fiaca?
Y se planea un viaje, o se coordina una salida un sábado a la noche. Cosas que no pertenecen a la vida cotidiana y que no hay manera de sostener en el tiempo. Porque los abuelos de los pibes se copan un fin de semana, después cagaste.
Yo no pienso, necesariamente, que al amor le corresponda un vínculo pasional. Ni que la pasión deba ser amorosa. Pero cuando no tenés ni chicha ni limonada, ¿qué vas a hacer?
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